La Gioconda y el Marketing
La Gioconda, uno de los cuadros más conocidos en todo el mundo, arrastra consigo una gran historia. Este curioso óleo, expuesto en una gran sala del Museo del Louvre en Francia, expone a la Mona Lisa, pintada por Leonardo Da Vinci entre 1503 y 1519.
Numerosos historiadores señalan que la modelo podría ser una vecina del artista. A pesar de esto, a día de hoy los datos son insuficientes y esto hace que la obra resulte mucho más interesante para sus admiradores.
Hoy en día es una imagen muy utilizada y recurrente. Elementos de merchandising inundan nuestro entorno: tazas, posters, camisetas… Lo cierto es que, la enigmática obra no se hizo conocida precisamente por su calidad, si no por una serie de acontecimientos que la condujeron al éxito mundial.
En primer lugar, Napoleón Bonaparte, retiró el cuadro del museo para situarlo en su dormitorio. Al poco tiempo, la noticia se extendió e hizo que la gente se cuestionara qué tenía de especial.
Posteriormente el periodista Théophile Gautier, fue el encargado de denominar la pintura como la imagen de una “femme fatale”, ya que en uno de sus artículos la describió como:
«esos labios burlones y sutiles que desprecian los placeres comunes de los mortales.».
Ya en 1911, un ex empleado del museo decidió robar el cuadro y su ausencia no tardó en notarse. Miles de noticias corrían por los periódicos de Francia y del mundo entero. Esta lluvia de artículos provocó que se batiera el récord de visitas en el Louvre y contemplaban el hueco que este había dejado. Dos años después, fue recuperada y devuelta.
Cuando ya parecía que La Gioconda se había ganado toda la fama posible, un artista francés llamado Marcel Duchamp
pintó sobre una copia un gracioso bigote con perilla. Con esto realizó varias postales, lo que trajo consigo millones de caricaturas circulando por todo el mundo. Merchandising, campañas de marketing y publicidad explotaron todo su potencial.
Por este motivo decimos que La Gioconda y el marketing están relacionados. Sin lugar a dudas, el cuadro no tendría el éxito actual si los medios de comunicación no hubieran difundido la noticia de su robo ni su posterior caricaturización. De esto aprendemos que, para conseguir el éxito de nuestros proyectos, debemos saber cómo darlos a conocer.